Principios activos de las plantas medicinales

 

Para que las plantas medicinales nos proporcionen sus efectos debemos extraerles aquellos componentes que contienen sus principios activos.

Existen plantas medicinales que pueden tomarse directamente, consumiéndolas como un alimento más, y no precisan de ninguna preparación especial. Podríamos decir que se trata de alimentos con propiedades medicinales. Así, por ejemplo, para asimilar el licopeno contenido en el tomate no hace falta más que realizar una ensalada. Con ello el organismo será capaz de apropiarse de este componente que tan bueno resulta para luchar contra el cáncer sin necesidad de hacer nada más. Lo mismo podríamos decir de la zanahoria, los ajos, los higos , las coles, cebolla, etc.

Otras plantas pueden mezclarse con los alimentos, aportándoles su peculiar sabor y dándoles, al mismo tiempo, sus propiedades medicinales. Pueden utilizarse frescas o secas ,y espolvorearlas sobre la comida. Dentro de estas tendríamos hierbas aromáticas como el romero, la menta, el orégano, la verdolaga, el hinojo, pimienta, etc.

         Aparte de estos casos, la mayoría de las plantas medicinales deben someterse a un proceso que sea capaz de extraer sus propiedades medicinales (principios activos), para que puedan ser absorbidas por nuestro organismo.

Entre las distintas formas que existen de extraer estas propiedades a la planta o de preparar la misma, debemos destacar las siguientes:

                         Tisanas, infusiones, maceraciones, decocciones, cremas, jarabes, baños, compresas frías o calientes, gargarismos, jugos, cataplasmas, etc. etc.